Las salas de espera en ocasiones desesperan.

 La visita de los payasos renueva el ambiente, facilita la sonrisa y libera la mente de la presión de esperar. 

  Esta es una de esas salas de espera que solemos visitar. Está muy cerca de UCI Pediátrica y no hay día que no la visitemos pues suele estar llena de niños. En ocasiones al llegar a ella, observas que todas las personas, incluidos los niños, están metidos en su propio mundo y sólo se relacionan con sus familiares. Pero después de la visita de los doctores, suele ser diferente.

Desde el pasillo observamos en la sala de espera unas caritas sorprendidas al ver lo que sus papás les señalan: ¡payasos! Sus caras siempre son dignas de recuerdo.

Analgésico (Aníbal Fernandez) comienza a caminar hacia la sala escondido en su maletín. Y yo, Mariabrisa (Pilar Hernández) me apresuro a esconderme detrás de él. Al asomarme tras sus espaldas, un niño se asoma y esconde con la misma propuesta de juego de los payasos. Asomamos y escondemos entre risas. Al fin llegamos a la sala pero.. mi compañero cree que nadie más le ve por estar escondido. Todos los niños de esa sala comienzan a señalarle y a afirmar que le ven. Así comienza un juego de ir y venir que hace que todos abandonen el cobijo de sus padres.

Seguidamente nos presentamos y uno de ellos tiene la necesidad de presentarse también, esto le llevará a iniciar un nuevo juego en el que hará de detective para los payasos, preguntando el nombre a los otros niños en la sala. Comienzan a crearse los vínculos entre ellos.

Toca irse, pero las caras han cambiado. Ahora todos sonríen, ahora los niños se han aliado y juegan entre sí. Ahora las madres comentan, sonríen. Ahora esa sala de espera dejó de tener en la espera su función única. Ahora en esa sala se habla, se juega y se ríe.

Nuestro objetivo no sólo se centra en los pacientes enfermos. Nuestro objetivo es más amplio, llenar el hospital de sonrisas. Estamos convencidos de que si creamos un mejor ambiente en salas y pasillos, al personal sanitario les será más fácil sonreír. Los pacientes recibirán más sonrisas y las estancias serán más alegres, aunque sea por ratitos.

Creemos firmemente que nuestro trabajo es beneficioso para todo un entorno complejo como es el hospital. Por eso, seguimos al pie del cañon, pero nos faltan recursos. ¿Nos ayudas a seguir llevando sonrisas que cambien realidades? Una aportación mensual o una donación puntual suman mucho más de lo que te imaginas. Entre todos sumamos sonrisas.