Bitácora payasa (blog de un payaso de hospital) Analgésico (Aníbal Fernández) y Mariabrisa (Pilar Hernández)
La presencia de payasos de hospital en salas de espera, muchas veces, resulta mágica. En ocasiones, en esas salas de espera se desespera. Los payasos de hospital aligeran las cargas emocionales y refrescan las largas horas de esperas. Así que cuando conseguimos, aunque sea por un momento, sacar a esas personas de sus circunstancias y llenar sus miradas de sonrisas, continuamos nuestro camino contentos.
Transitábamos por los largos y anchos pasillos del Hospital de Ciudad Real (HGUCR) con viento en popa y a toda vela. Un pinchazo en un remo nos obligó a hacer una parada y delante de nosotros se encontraba un grupo de personas. Su falta de arrugas, nos hizo creer que debían tener una media de 50 años de experiencias y aventuras. Unos estaban cansados, otras llevaban pañuelos en la cabeza (igual por ser piratas), otros en botes con ruedas y… había alguna persona que dormía.
Mariabrisa y Analgésico (un servidor) se habían perdido y necesitaban encontrarse entre los pasillos del hospital. En aquella sala de espera, cuando aparecieron nuestros doctores, las personas que allí estaban, giraron sus miradas hacia nuestra existencia. Eran ojos expectantes y amables los que escucharon; bueno, la verdad, es que fueron las orejas que correspondían a esos ojos las que escucharon.
Aunque no recuerdo el desarrollo de la conversación que tuvimos, tampoco creo que tenga mucha más importancia. Sólo sé que “además de no saber nada”, se concluyó con la sonrisa y el golpear de las manos en “sonido aplauso” que salió de esos ojos y esas orejas. Sin lugar a dudas, eran personas que durante unos minutos salieron del espacio hospitalario sin atravesar paredes, suelo ni techo.
Arreglado el remo con un chicle de fresa continuamos nuestro viaje maravilloso.
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5 Comentarios. Dejar nuevo
Interesante forma de conocer un poquito más de esa maravillosa relación que se estrablece entre clowns y pacientes.
Como sabes, es nuestra manera de dar a conocer el trabajo que hacemos.
Sin duda una labor encomiable la que hacéis ayudando a los niños en los hospitales a hacer más llevadera su complicada situación, ofreciendo un poco de calor humano, una sonrisa y mucha ilusión. Mis más honesta felicitación por la espléndida labor que desempeñáis. Saludos
Gracias por tus palabras, para nosotros se trata del trabajo más bonito del mundo. 🙂
Mi hijo mayor, de 16 anos, estuvo en Son Dureta con 5 meses, le operaron de un tumor de Wilms. Nunca olvidare ni agradecere lo suficiente la sensacion que me llenaba y las caras de los ninos cuando oian y veian a los payasos. Seguid asi! Un abrazo muy grande y gracias por estar con mi bebe donde yo no pude. Cuando le pusieron el porta estuvisteis con el en la sala del preoperatorio, luego os pudimos ver, salisteis en las noticias con mi nino!