No conseguiréis sacarle la sonrisa a esa niña – nos dijeron. Y no tuvimos más remedio que acompañar a esa niña que necesitaba manifestar su descontento ante la situación que vivía.
El payaso de hospital es un canalizador de emociones que permite transitarlas desde otras manera de mirar.
Una mañana, Analgésico y yo misma (Mariabrisa) encontramos un hueco y decidimos dedicarlo a Pediatría. Alos dos nos encantó la idea y muy contentos caminamos por el pasillo hasta Pediatría. Nos dirigíamos a Centralita para que las enfermeras nos informaran sobre qué niños que había allí ingresados. Pero como suele ocurrir, una puerta estaba abierta y una niña sentada en la cama, junto a sus papis. Al notar la atención que nos dedicó, ambos dirigimos la vista a su habitación. La primera reacción de la niña fue un gruñido que la llevó a refugiarse en los brazos de su madre.
Nosotros, sorprendidos, nos escondimos tras la puerta, aunque aún no habíamos pasado. Y desde el pasillo una trabajadora de hospital, nos advirtió que no conseguiríamos sacarle la sonrisa. Analgésico y yo, nos miramos sabiendo que, aunque no le sacáramos la sonrisa, intentaríamos adentrarnos en su mundo.
Asomando nuestras caras tras el quicio de la puerta fuimos haciendo cocos tímidos pidiendo permiso a la dueña de la habitación. Hasta que poco a poco dejó sus quejidos y comenzó a observarnos por ratitos. Apareció Tiki, una marioneta muy suave que quería conocer a la niña. Y así fue como poco a poco, nos adentramos en la habitación. Despistamos al malestar que le hacía quejarse y gruñir, y hasta sacamos de esos ojos curiosos más de una sonrisa.
Estuvimos un ratito breve con ella, pero al salir, sentíamos que no sólo conseguimos que echara varias sonrisas, sino que, para los papis, también se despejó la habitación, había menos peso.
Salimos contentos por haber conseguido transformar una situación que parecía habitual para ellos. En Centralita de Pediatría volvieron a avisarnos del trabajo que nos costaría sacar a esa pequeña de su actitud. Sonreímos sabiendo que en ocasiones los estados de salud nos hacen enfadar, y que no hay nada mejor que aceptarlos para cambiarlos.
Si quieres ayudarnos a seguir inundando de sonrisas el hospital, entra en nuestra web y descubre cómo puedes ser cómplice de la sonrisa de los niños hospitalizados. https://goo.gl/dLEUps
5 Comentarios. Dejar nuevo
Sois enormes no puedo sino babear con vosotros
Muchas gracias Javier, nosotros también babeamos con estas situaciones en el hospital. Un abrazo
Preciosa ayuda social que hacéis con todos los niños hospitalizados, solo puedo quitarme el sombrero de satisfacción y agradecimiento por la labor que desempeñáis. Mil gracias y saludos
La presencia de payasos en un hospital es más que necesaria. Un abrazo
Estuvo bien no dejarse llevar por la dificultad previa pues al final ese breve momento consiguió volar fuera de la habitación.